En una cabina, el encargado me dejó al cuidado, algo me distrajo, los 3 tipos que estaban en las máquinas salieron rápidamente, pararon un taxi, salí detrás pidiendoles que cancelen las horas, pude detener al que hizo el pedido, todos le reprocharon a él como el que tenía que pagar y desaparecieron, le dije que me cancelara o ibamos al puesto de policía, se negó a pagar, era un tipo alto que se iba haciendo cada vez más gordo, lo sujeté de la cabeza con mi brazo y paré un taxi. Subimos, el taxista aceleró rápidamente hacia el río, antes de estrellarse nos pidió amablemente que bajaramos en el puente. -Ya vez no es mi culpa que no te quiera pagar- ladró socarronamente el gordo, me encolerizaba cada vez más, hice señas y un Datsun plata se detuvo lo conducía una pareja de ancianos, -suban, cantaron a la vez.
El gordo subió inmediatamente y les dijó que yo era un exconvicto muy peligroso, sólo quedó el chirriar de llantas, los seguí gritando, el ladrón es él! tratando de alcanzar el auto, en mi tercer grito el Datsun se detuvo y bajó el gordo, quién empezaba a simular correr, yo detrás de él en camara lenta.
El paisaje era cada vez más desolado y lúgubre, el ambiente se lleno de miedo, recorriamos la cueva de los asesinos, el gordo dobló por una gruta, cuando volví a divisarlo, intentaba defenderse de las innumerables puñaladas que se repetían mecanicamente en su vientre fofo, me quede congelado mirando al faite, un prieto flaco, mientras se iba caminando y decía -
ahí tienes la propina de tu tío.
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