Delirio

Estabamos borrachos ya no quería tomar porque cuando sé que estoy borracho y no me siento borracho, ya no me voy a emborrachar, salí en la bikli, por las calles con la brea recien pintada, cruza una manifestación de polis-gays en una comparsa de protesta, se estaban haciendo populares cada mes había una, eran divertidos y alegres las fuerzas antimotines siempre terminaban bailando y uniendose al grupo, aúnque no era vox populi. Pasaron con sus bailes y musica Village people, estacioné la bikli frente al hospital, sabía que en el MacRonald interior todavía podía conseguir a estas horas una pizza de esparragos picante para que me calme la resaca. Ingresé por la sala de extracciones, suponía que todo era tan limpio y estirilizado como en cualquier hospital que tenga un centro de comida rápida dentro, me senté cronometrando que llegaba justo a la hora feliz, 7 pm en el cucú del MacRonard, la mesera me miró con cara de no muy buenos amigos y pidió la orden de otra persona que había llegado segundos despues que yo, no quize demostrar mi enojo pero me molestaba no ser atendido a pesar que llegue a la hora de la comida gratis, ella siguió atendiendo al resto de gente mientras me ignoraba olimpicamente, no quería hacer una escena me concentré en la tvplasma y el noticiario mediático, mencionaban la busqueda de un tipo que abandonó a su novia de 18 años y esta tuvo un cuadro abortivo, todos estaban enfurecidos y repudiando a esa escoria humana, pobre hombre, la narradora da un flash con la identidad del vil fugitivo, Jaox Matrero One, ADN: 564843211121 perfil: bipolar, Era Yo!, aturdido no encontraba explicación, ¿porqué me acusaban a mí de tal delito?, no lo podía creer la totalidad de las aseguradoras universales estaban buscandome para cobrar recompensa, salí cubriendome el rostro con la campera del MacRonalds rápidamente, se me cruzaban enfermeras que me quedaban mirando, y empezaban a sospechar ya había un escaneo actualizado de mi imagen en la tvplasma, esto se ponía cada vez peor, yo no tenía novía ahora, ella me había dejado!, hace meses no sabía nada de ella, ¿cómo pudo dar mis datos a las aseguradoras e incriminarme?, no podía ser otra persona, sólo ella, estaba a punto de llegar a la primera salida de escape y la sala abortiva, cruce la sala, e ingrese al room de convalecientes, busqué en varios compartimientos hasta que vi uno habitado, había un tipo viejo sentado al lado de una cama con la cortina cerrada, sólo podía ver al tipo, me acerqué y abrí la cortina súbitamente, para sorpresa mía era ella, estaba convaleciente, ¡hola! me saluda sonriente, ¿viste las noticias?, el señor que parecia ser su padre se retira silenciosamente, junto con otras personas que estaban alrededor, miro por la ventana y subían a un auto escapando a toda velocidad. Estaba esperandote me decía ella, perdoname no lo volveré a hacer, ahora quiero quedarme contigo, me iré contigo cuando quieras, sólo quiero que me baje esta bola que tengo en la barriga, no durará mucho dicen los médicos, no fue mi culpa, conocí a un tipo hermoso alto, blanco, simpático, me prometió todo lo que quise y le quise creer, me abandonó y se fue -cada vez más triste- me falló y dejó así, les dije a todos que fuiste tú para que vuelvas, para que te buscarán, perdoname, ahora si te quiero, no te volveré a dejar nunca, no te preocupes, tengo dos hijos más de los que no te dije nada antes, pueden ser tus hijos si quieres, sólo perdoname!.
La miré con compasión y me acerque con un abrazo, nos abrazamos un minuto y le dije al oido, lo siento, tu lo sabes, así no te puedo amar.
Le dí la espalda y salí de la sala con lágrimas en los ojos las asesinas de las aseguradoras me esperaban afuera.